En la actualidad el mundo laboral está cambiando, los colaboradores cada vez buscan espacios en donde su bienestar sea el protagonista de las compensaciones que ofrezca la empresa a la que se desea pertenecer. Cada día las encuestas que los portales de trabajo así como otras aplicaciones como LinkedIn o Indeed manifiestan que más del 70% de los colaboradores renuncian a los jefes cuya tendencia de comportamiento es el modelo autoritario de liderazgo.
Todo ello genera que las empresas hoy apuesten más recursos para poder retener a su talento cuando es sabido que un buen liderazgo potencializa a los colaboradores, los hace elementos de valor en las organizaciones y por último fideliza a cada uno de los miembros.
Estamos viviendo un cambio fuerte de época donde hoy la oferta laboral ya no está del todo en la mano de los empleadores sino comparte el 50% con los profesionistas y técnicos la decisión de pertenecer a una organización, gracias a los medios digitales uno de los puntos fuertes para elegir una opción laboral es la búsqueda de la reputación de la empresa que nos busca o a quien decidimos pertenecer, esto inclina la balanza hasta por un 70% la toma de decisión de los colaboradores por aceptar las ofertas laborales, entre más baja sea la apreciación pública de la empresa menor será la posibilidad de convocatoria de nuevos integrantes o colaboradores.
Hoy los líderes autoritarios y los maltratos ya no son opción dentro de las empresas, gracias a la promoción de los derechos laborales, así como el creciente interés por parte de las nuevas generaciones de empleados para salvaguardar sus derechos así como el buen trato y excelente clima dentro de una organización se abre un paradigma esencial en las empresas. El talento hoy deberá contratar a líderes capaces de gestionar sus emociones y la de sus colaboradores en pro de un objetivo común.
Y en caso de que sus líderes actuales no posean las competencias necesarias se deberá preocupar por desarrollarlas, el riesgo latente de la tendencia de estos dos últimos años es el abandono de los lugares donde no se tienen los intereses del colaborador presente. La consecuencia para las organizaciones que decidan no atender estas particularidades es la alta rotación a un alto costo, estamos hablando en la actualidad de índices de rotación por encima del 70% y perdidas millonarias en las operaciones.
Todo este panorama puede y debe parar, en función de la sostenibilidad de las organizaciones y en la humanización de los sistemas de contratación algo que ha estado presente en los últimos años es el empuje a través de los organismos públicos en reconocer diferentes factores que afectan directamente la productividad del Talento Humano como los factores de riesgo psicosocial, el burnout y la mala gestión de liderazgo en las organización.
Esperemos que conforme la legislación nacional dota de más elementos para favorecer el trabajo equitativo y digno en las organizaciones, las empresas puedan cambiar su perspectiva y paradigma de efectividad y logren ser una empresa digna y humana para todos sus colaboradores.
Equipo Onix